El interés en el estudio del desarrollo
prenatal es muy grande, ello se debe a una curiosidad natural, por el hecho de
que muchos fenómenos de la vida postnatal tienen su origen y explicación en la
etapa de desarrollo prenatal y es importante conocerlos con el fin de lograr
una mejor calidad de vida en el ser humano. A partir del siglo XIX, la idea de
la epigénesis comienza a imponerse entre los naturalistas. La idea de la
"pulsión formadora" de Johann Friedrich Blumenbach, así como las de
historicidad y progresión en la naturaleza explican el éxito de este nuevo marco
teórico.
A partir de entonces, se multiplican las
publicaciones en torno a la embriología (Meckel, Lorenz Oken, Friedrich
Tiedemann).
A partir de 1810, la embriología conoce
una atención sin precedentes. Christian Pander, Karl Ernst von Baer y Martin
Heinrich Rathke son considerados los tres grandes fundadores de la embriología
moderna. La obra de Pander en 1817 marcó el inicio de este período, que culminó
con la
Entwickelungsgeschichte de von Baer. La embriología fue una ciencia
fundamentalmente alemana, aunque no exclusivamente. En Italia destacan los
trabajos de Rusconi sobre el desarrollo de los anfibios y en Francia los de
Dutrochet, Duges y Coste sobre los vertebrados. Desde entonces se impusieron
dos grandes líneas de investigación: el estudio del desarrollo del embrión
humano y del desarrollo temprano de los mamíferos.
En pocas décadas tuvieron lugar las
observaciones más importantes y se expresaron y discutieron los grandes temas
de la embriología, como el óvulo de los mamíferos y la teoría de las hojas
embrionarias. Esta edad de oro de la embriología se explica por razones tanto
metodológicas como teóricas. Entre las primeras, las mejoras de las técnicas de
observación, especialmente del microscopio; entre la segundas, la idea de
historicidad introducida por la Naturphilosophie(filosofía naturista) que
condujo a pensar en las formas orgánicas como formas dinámicas.
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